Padres y estudiantes manifestaron ante la sede de la embajada española en Londres contra el cierre de las Aulas de Lengua y Cultura Españolas (ALCE). Bajo las consignas «Sí se puede» y «Menos fusión y más educación», los afectados demandan el mantenimiento de las 25 aulas en la capital británica y en el sur del Reino Unido, financiadas actualmente por el Ministerio de Educación, incluidas las históricas de Sloane Square y Hammersmith en el centro de la ciudad, las cuales pueden desaparecer en septiembre.
Fernando Bartolomé, consejero de Educación de la embajada, salió al encuentro de los padres, con quienes ha mantenido reuniones en las dos últimas semanas, y se comprometió a seguir buscando alternativas. Igualmente, José Pascual Marco, el embajador, «está supervisando el asunto y hay gran interés por resolver esta situación», según anunció un portavoz de la delegación diplomática.
El embajador aseguró que no se trata exactamente de un cierre sino de «una fusión de aulas por razones económicas y pedagógicas» y que se mantendrá número de plazas, aproximadamente 2.200. Incluso planteó la posibilidad de un incremento. Plantea es que se dará una reestructuración que no afecta, tampoco, al número de profesores.
Los padres manifiestan que el 23% de las familias pueden verse afectadas por las aulas que desaparecen; que no se hizo sin consulta previa sobre dicha reestructuración y que muchos se informaron de los cierres cuando fueron a inscribir a sus hijos para el próximo curso. De las 164 familias afectadas, el 97% de se opone al cierre de las aulas y el 81% considera que sus hijos abandonarían el programa.
Elena Rodríguez García, hija del inmigrante que impulsó la creación del aula de español en 1984, en Bromley, se ha sumado a las protestas al verse personalmente afectada. En este sentido manifestó: «Mis dos hijas, Isabel y Lucía, acuden al aula de Sloane Square y para nosotros sería del todo imposible acudir a Portobello, que es donde nos proponen». A tal efecto acota que: «Sería una pena que las nietas de uno de los fundadores de ALCE no pudieran beneficiarse del programa», «Resulta desgarrador ver amenazado el increíble esfuerzo del que se han beneficiado miles de españoles en el extranjero. Para todas estas personas, incluida yo misma, mantener esa conexión a través de la lengua es fundamental no solo porque refleja nuestra herencia y nuestro legado, sino porque esa identidad cultural corre por nuestras venas».
El detonante de las protestas lo constituyó el cierre de Sloana Square, donde aprenden lengua y cultura española más de 200 niños. Hubo padres que aseguraron que no puede permitirse 30 minutos extras más de trayecto por niño y rechazan la forma cómo se ha hecho, pues consideran que los padres podrían haber ayudado a buscar soluciones. Incluso plantearon la posibilidad que instituciones sin fines de lucro pudieran cubrir el monto de los treinta mil euros, que se ahorran con la reestructuración.
Ante estas posturas, Fernando Bartolomé, consejero de Educación, ha reconocido quien aunque se están estudiando alternativas, el programa ALCE entra en la forma de «educación pública y gratuita» y se presentan problemas legales para contar con aportaciones privadas. Planteo que «La situación actual es insostenible y, si no hiciésemos nada, entonces tendríamos que recortar el programa en diversas zonas de Londres y olvidarnos de crecer en el futuro». Insistió en la necesidad de aprovechar las aulas de titularidad pública del instituto Vicente Cañada Blanch en Portobello a fin de centralizar el programa.
Bartolomé asegura que «no hay propósito alguno de reducir el programa ALCE, sino todo lo contrario», sino que desde la Consejería de Educación de la embajada se va a plantear al Ministerio «un programa piloto para el centro y el norte del país».
Los padres resaltan el contraste entre el recorte de aulas de ALCE propuesto en Londres y el aumento de la población de españoles residentes en el Reino Unido, que se ha duplicado en la última década, triplicándose en ente de cinco a 14 años de 10.259 a 30.536. Igualmente, el programa ALCE, dirigido a estudiantes entre7 y 17 años, de origen español escolarizados en sistemas educativos no españoles, se extiende por 12 países con más de 300 aulas. Los estudiantes obtienen un Certificado de Lengua y Cultura españolas, expedido por el Ministerio de Educación, que califica el programa como «el puente con la cultura y la lengua para los ciudadanos españoles en el exterior».
Fuente consultada
Fresneda, C. (2024). Padres y alumnos se manifiestan contra el cierre de aulas de español en Londres. El mundo. Disponible: https://www.elmundo.es/internacional/2024/04/28/662e9598e85ecea33f8b4591.html Consulta: Mayo 6, 2023.