Autora: Dra. Gladys Yolanda Becerra T.
Profesora de la Universidad de Los Andes Táchira.
Publicado: 1/06/2024
El 1 de junio de 2024 se cumple un año más de la desaparición física, considerado un gran representante de lo que se ha denominado el pragmatismo pedagógico y el Pedagogo norteamericano más importante en la primera mitad del siglo XX. En su postura pedagógica cruza tres aspectos: lo filosófico, lo político y la educativo, lo cual, según lo refiere Beltrán (2000), es un aspecto muy característico de su obra. Para Dewey la Filosofía y la Educación estaban estrechamente vinculadas. Consideraba que la Educación era vida y, esa unidad, constituye el propósito de la filosofía, cuyo objeto es enjuiciar, a la luz de su significación social, los hechos constatados, proporcionando interpretación y crítica.
John Dewey Nació en Vermont, EEUU, el 20 de octubre de 1865, en un hogar de colonos proveniente de Inglaterra. Fue el tercero de cuatro hermanos. Hijo de un comerciante llamado Archibald Sprague Dewey, quien liquidó su negocio y se alistó voluntariamente para la guerra, cuando John Dewey era pequeño y, según parece, este hecho impresionó mucho al infante y constituyó una referencia para sus posteriores reflexiones sobre la violencia. Su madre, Lucina Artemisia Rich Dewey, fue una ferviente pietista, alquilaba cuartos para estudiantes de la universidad, a la cual ingresó en 1875 y se graduó en 1879. Asistió a escuelas públicas de Burlington, en las cuales sobresalió como estudiante. Cuando tenía solo quince años, se matriculó en la Universidad de Vermont para estudiar filosofía. Ejerce como profesor de secundaria y luego ingreso a la universidad de John Hopkins, donde se doctoró en Filosofía, en 1884. Este mismo año ingresó de profesor a la universidad de Michigan, donde enseñó entre los años 1884 y 1888. Posteriormente ejerció como profesor en las universidades de Minnesota, Chicago y Columbia desde 1904 hasta su jubilación como profesor emérito en 1931.
Durante su experiencia en la universidad de Chicago, se interesó en la reforma de la teoría y de la práctica educativas. Contrastó sus principios educativos en la famosa escuela laboratorio de carácter experimental, denominada Escuela Dewey, instituida en la Universidad de Chicago en 1896. Concibió la escuela como un espacio de producción y reflexión de experiencias relevantes de vida social, que permitía el desarrollo de una ciudadanía plena. Sostuvo que la oferta del sistema educativo de entonces, no proporcionaba, a los ciudadanos, una preparación adecuada para la vida, en una sociedad democrática. Incluso en una de sus obras emblemáticas, denominada, Las Escuelas del Mañana, precisa que “el objetivo de la escuela es enseñar al niño a vivir el mundo en el que se encuentra.” (Beltrán, 2000:52). Para ello propone partir de los intereses de los niños, pero insistiendo en la necesidad de relacionarlos con con los contenidos socialmente instituidos en el currículum escolar.
Así, desde su concepción, la escuela es una institución especializada, donde se concentran los medios más eficaces para orientar a los niños a utilizar sus propias capacidades, con propósitos sociales. De esa forma alcanzaban el desarrollo pleno de una ciudadanía. Así la educación, desde su perspectiva, debía estar al servicio del desarrollo social. Consideraba entonces que la escuela tenía dos propósitos fundamentales en la reconstrucción social, como eran, en primera lugar, contribuir al desarrollo del estudiante, creando en ellos el deseo de crecimiento y mejora continua; en segundo lugar, hacer que cada uno encuentre su propia felicidad y satisfacción en la mejora de las condiciones de los otros. Como se puede apreciar, su línea de pensamiento asume la educación como proceso inacabado.
En su pedagogía utilizó el método experimental, el cual se fundamentó en la educación de la destreza individual, de la iniciativa y del espíritu de empresa. Planteo que las habilidades y destrezas individuales tenían que ser aprovechadas por el docente, explotadas, pues se convierten en las posibilitadoras de acciones y experiencias. Sus escritos influyeron en los profundos cambios experimentados en la pedagogía de Estados Unidos, a principios del siglo XX. Creó una escuela experimental en Chicago en la cual comenzó a contrastar sus principios educativos. Concibe la enseñanza como un procedimiento indirecto de descubrimiento, reflexión y experimentación. En este sentido, propone un método centrado en problemas, en torno a los cuales se desarrolla el currículo, cuyos contenidos deben organizarse en función de situaciones de vida efectivas. Es decir, a partir de la experiencia e interés personal, se aprovechan los conocimientos de la ciencia, la historia, el arte, para resolver situaciones. Así la la actividad se convierte en el núcleo del currículo.
Según su planteamiento filosófico instrumentalista, el pensamiento es básicamente una herramienta que les permite a las personas actuar sobre la realidad, al tiempo que se nutre de ella. En este sentido, el conocimiento es el resultado de las experiencias de las personas con el mundo; es decir, el conocimiento es un pensamiento que primero pasa por la acción. Entonces, para aprender es obligatorio tener experiencias en el mundo. Se aprende de la experiencia. Así, concibe los estudiantes como sujetos activos y los docentes, tenían dentro de su rol, la tarea de crear entornos estimulantes para el alumno, a fin de desarrollar y orientar su capacidad de actuación. Por ello, el empeño pedagógico de Dewey estuvo más dirigido al docente que al niño. Los docentes tenían que formarse para poder desarrollar el proceso, porque su práctica no radicaba en permitir que los estudiantes se expresasen espontáneamente, sino en dirigir sus intereses hacia una orientación inteligente; ello implicaba una mejor formación del profesorado.
Un aspecto muy interesante de este pedagogo es su trabajo a favor de la escuela democrática, lo cual se lograba si el docente era capaz de crear un clima que mediara entre las capacidades e intereses de los niños, el pensamiento a desarrollar y la responsabilidad social. A Dewey se le consideró un representante del pensamiento progresista en Educación, pues planteó la educación y la escuela para la transformación social. Su pensamiento aún sigue vigente en muchos pedagogos críticos que continúan abogando por una escuela a favor de las transformaciones y mejora de las condiciones de vida de todos.
Dentro de sus obras están:
- Psicología(1887)
- La escuela y la sociedad(18899
- Democracia y Educación(1916)
- La reconstrucción en la filosofía(1920)
- Naturaleza humana y conducta(1922)
- La búsqueda de la certeza(1929)
- El arte como experiencia(1934)
- Lógica: la teoría de la pregunta(1938)
- Problemas del hombre(1946).
John Dewey muere en Nueva York, a los noventa y tres años, el 1 de junio de 1952.
Referencias Bibliográficas
Beltrán, F. (2000). John Dewey. Pedagogías del Siglo XX. Barcelona: CISSPRAXIS.
1 comentario en «El 1 de junio se cumplen 72 años de la muerte de John Dewey, pedagogo norteamericano»
Gracias Yolanda excelente articulo uno de los filósofos, pedagogo que nos inspira en nuestra formación y práctica docente.