Fecha de publicación: 2/09/2024
Como se ha disertado en otros artículos, el Currículo forma parte del objeto pedagógico; de esa parte de la realidad que tiene implicación en ese proceso mediante el cual, el ser humano eleva sus niveles de pensamiento y adquiere las herramientas para desenvolverse en el mundo, para asumir su vida en forma consciente y libre. Pero en sí, ¿qué es el currículo? La literatura reporta que es un término de uso reciente en la lengua Castellana. Según lo refiere Sevillano (2005) su uso se generaliza a partir de la década de los 80. Para otros autores, el término provine del latín currículo, que significa “camino”. (Sarramona, 2000).
Ahora bien, con respecto a la cuestión educativa el currículo se define desde varias perspectivas: el estudiante, el profesor, la administración educativa y las corrientes teóricas. En consecuencia, se dice que es un término polisémico, pues tiene diferentes acepciones. Así se tiene:
- Desde la perspectiva del estudiante, tradicionalmente la palabra currículo designa el conjunto de asignaturas y actividades a realizar en un tiempo determinado, en función de alcanzar un nivel educativo, una carrera, un oficio, etc. (Sarramona, 2000; Moreno, 1996).
- Desde la figura del profesor, el currículo tiende a ser concebido como el ámbito académico de desempeño. Es el ámbito desde el cual se materializa la acción pedagógica y, se convierte entonces, en una fuente de proyección, reflexión y valoración de la profesionalidad del docente.
- Desde la administración educativa, se define como el conjunto de prescripciones que los centros escolares deben cumplir para alcanzar la formación de los estudiantes, de acuerdo a lo establecido con la normativa legal que rige el sistema educativo en un contexto determinado.
- Desde las diversas posturas teóricas, el currículo ha tenido diversas concepciones tales como: plan de estudio; saber disciplinar; concepto pragmático que orienta la formación de personas responsables; experiencia docente, pues los profesores interpretan los planes de estudio y pueden optar por reproducirlo, reflexionarlo y criticarlo, obviarlo o emprender procesos de cambio como lo señala Stenhouse (1995).
Para autores como Moreno (1996) y Sevillano (2005) el término currículo también ha sido concebido como:
- Conjunto de disciplinas de estudio (Siglos XVII y XVIII) que equivale casi a plan de estudio.
- Conjunto de factores que intervienen en el proceso de aprendizaje: objetivos, contenidos, métodos, recursos y evaluación. Como se aprecia, esta concepción equivale al proceso de planificación y tiene mucha relación con el auge del paradigma conductista. Es una concepción que se incluye en la perspectiva del currículo como sistema tecnológico o de producción. El currículo es entonces asumido como un diseño estructurado de los resultados que se pretenden alcanzar, formulados a través de los objetivos específicos, en términos de conductas observables. Se trata de una concepción que implica la concepción pragmática. La calidad de la enseñanza se concibe en función de la calidad de los productos y resultados. Los profesores pasan a ser instrumentadores del currículo diseñado por expertos. El currículo es definido como un plan de instrucción, como una herramienta de trabajo para la consecución de fines educativos; es un producto. Como se aprecia, esta es una concepción marcada por la influencia del paradigma tecnológico que representa la lógica cientificista de la corriente filosófica positivista, al servicio del eficantismo y eficientismo del sistema capitalista industrializado. Esta postura adquiere fortaleza en los años 50 y se basa en la lógica de los medios fines, enmarcado en la tendencia positivista, que pretendió convertir el currículo en un asunto racionalidad, de reproducción de la verdad absoluta y universal.
- Un proceso. Con la evolución de la Psicología en lo atinente a las teorías del aprendizaje, especialmente con el auge de perspectivas como el procesamiento de la información, la teoría de sistemas, la corriente cognitiva, se le da un sentido renovado al término. El currículo es asumido como un proyecto complejo orientado al desarrollo del pensamiento reflexivo; se concibe como proceso orientado a desarrollar experiencias de aprendizaje, que se diseña en función de las necesidades e intereses de los estudiantes previamente diagnosticados, a partir de los cuales se formulan los objetivos, se seleccionan los contenidos, se prevén y organizan las experiencias de aprendizaje y el mismo proceso de evaluación. Se trata de una concepción inscrita en el paradigma interpretativo fenomenológico, que se desarrolla a partir de la década de los 70.
- Selección cultural, sometidas a las relaciones de saber y poder. (Martínez Bonafé, 1996). Es la postura socio crítica del currículo que lo asume como forma de reproducción de los saberes y estructuras hegemónicas. Desde esta óptica quien tiene el poder, tiene el conocimiento que debe reproducirse y, por tanto, el currículo es utilizado como un instrumento para mantener estructuras hegemónicas, lo cual se concreta cuando se trata de privilegiar un tipo de conocimiento u otro. Entonces, a través del currículo, desde el paradigma crítico, se pueden develar cuestiones de poder, en la que se colocan en juego la posibilidad de destacar una identidad cultural o subjetividad como ideal, como proyecto, entre diversas posibilidades. No obstante, por su carácter social, puede convertirse en un espacio de maniobra que revele las contradicciones sociales, mediante el reconocimiento de los problemas sociales, a través del desarrollo de la capacidad de interpretación crítica. Como lo señala Beane y Apple (2000:156) el currículo “se basa en la creencia de que el conocimiento nace para los estudiantes y profesores cuando se relaciona con algo que es serio.” Por tanto, el conocimiento adquiere valor cuando desarrolla capacidad en las personas de comprender el mundo, actuar en él y transformarlo, en función de la mejora de sus condiciones de vida y las de sus semejantes. Desde esta postura, se trasciende la idea del conocimiento como listas de conceptos, hechos y destrezas que deben dominar los estudiantes, en un momento dado y luego olvidan, para aprobar pruebas estandarizadas. Todo lo contrario, para los estudiantes el conocimiento influye, de manera determinante en la vida de la persona, incluyendo la suya, porque guarda estrecha relación con las comunidades y la vida real de la gente. El currículo como reflexión, como praxis, inscrito en el paradigma socio crítico, introduce el análisis ideológico y teórico que subyacen en el currículo, con la intención de develar la reproducción de las estructuras hegemónicas que subyacen ocultas en el currículo oficial y en el currículo oculto.
- Estudio de los problemas del mundo actual, de un mundo en el cual se superaron las fronteras y se convirtió en un mundo globalizado debido al auge de la TIC y a las particularidades del momento, que como lo señala Coll (2013), han dado origen a una nueva ecología del aprendizaje, propia de la sociedad de la información, la cual contrasta con los sistemas educativos fundados en la escolarización universal. El hecho de que el aprendizaje sea continuo durante toda la vida; que las personas se participen en múltiples escenarios y sean influenciados por diversos agentes educativos, que ofrecen las TIC, dan como resultado la adquisición de las competencias de acuerdo al aprovechamiento que se hagan de las oportunidades y de los recursos que se tengan a disposición; el hecho de que emerjan nuevas necesidades demandante de nuevos aprendizajes, requiere el desarrollo de la capacidad para aprender de manera constante, para adquirir los nuevos conocimientos, que permitan el aprender en situaciones y contextos diversos. Todos estos son aspectos que, marcando tendencias y trayectoria personales para la adquisición de conocimiento, pero que, a su vez, chocan con las prácticas escolares uniformes e igualitaristas. Según el autor referido, esta situación se manifiesta en síntomas como: el desinterés y desmotivación por lo que se aprende en la escuela y se expresan en bajo rendimiento, absentismo, fracaso escolar, poca participación protagónica en las actividades de enseñanza y aprendizaje, entre otras. Dentro de las consecuencias de esta situación en el currículo se pueden mencionar la pérdida de sentido de muchos contenidos escolares para los actores principales del proceso: estudiantes, profesores y comunidad familiar. En este sentido propone como alternativa, dentro de la conciencia de esa nueva ecología del aprendizaje, la redefinición del: para qué (las intencionalidades), qué (competencias y contenidos) y cómo (actividades de enseñanza y aprendizajes).
Como se puede apreciar, las diferentes concepciones curriculares se inscriben en las posturas paradigmáticas presentes en los distintos momentos históricos. Pero, como lo señala también Sevillano (2005), dichas formas de asumir el currículo están contaminadas por la ideología dominante en el momento, por las concepciones filosóficas emergentes y por las características histórico culturales que, de una u otra forma, impregnan los postulados educativos y las diferentes instancias y/o ámbitos, dentro de los cuales el currículo constituye el escenario desde donde el profesorado toma las decisiones para concretar el acto formativo.
Como se puede apreciar es difícil una definición terminada y última del currículo educativo o escolar, sino que el mismo es concebido en función de: las bases filosóficas y pedagógicas que sustenten la educación de un país o sociedad y que se enmarcan en un proyecto político, social y económico, las características del momento histórico que determina el ideal de hombre a formar y, la situación de la escuela en relación con la sociedad a través de la actuación de sus profesores, de los contenidos y actividades que se desarrollan en su contexto interno y externo. Estas determinan las implicaciones educativas, pues, el currículo se convierte en la pauta de actuación del docente. De la forma como el profesorado interpreta el currículo lo desarrolla. No obstante, dicha interpretación depende, de las creencias que manejen los profesores y estudiantes sobre los procesos de enseñar y aprender, tal como lo plantean autores como Pozo (2006).
Roldán (1999) plantea que el currículo es la expresión de un proyecto humano en la medida que permite a los sujetos educativos, abrirse a nuevos horizontes y reafirmarse como personas, a la vez que desarrollan sentido de pertinencia social, en consonancia con un proyecto histórico cultural de país. Visto así, entonces, el currículo educativo se orienta a la formación integral de los ciudadanos, que se concreta a través de un proyecto educativo institucional, el cual se deslinda de un proyecto educativo nacional, y este, a su vez, se desprende del proyecto histórico cultural de un país, el cual, debe impregnado de las características del momento.
En este sentido, se precisa desde el punto de vista pedagógico al currículo como el conjunto de fundamentos teóricos (filosóficos, pedagógicos, psicológicos, políticas, científicas, entre otras) criterios, planes de estudios, concepciones metodológicas, programas y todos y cada uno de los procesos y recursos académicos, humanos y materiales que servirán para orientar la formación integral de las nuevas generaciones, de acuerdo con el proyecto de país.
Referencias Bibliográficas:
Becerra T., G. Y. (2024). Teoría de la Educación y Pedagogía. Saberes necesarios en la profesión docente. Mérida: Publicaciones del vicerrectorado de la ULA.
Beane, J. y Apple, M. (2000). Escuelas Democráticas. Madrid Morata.
Moreno, H. (1996). Pedagogía y Educación. Bogotá: Impreandes Presencia
Coll, C. (2013). El currículo escolar en el marco de la nueva ecología del aprendizaje. Aula. (219). 31-36.
Martínez Bonafé, J. (1996). Pedagogías Críticas. Poder y Conciencia. Cuadernos de Pedagogía. (253). 78-84
Pozo, J. (2006). La nueva cultura del aprendizaje en la sociedad del conocimiento. En: Pozo, J.; Schever, N.; Pérez Echeverría, M.; Mateos, M.; Martín, E. y De la Cruz, M. Nuevas formas de pensar la Enseñanza y el aprendizaje. Las concepciones de profesores y alumnos. Barcelona: Graó
Roldan V., O. (1999). El currículum y su contribución al desarrollo humano y social. En: Roldan, O.; Alvarado, S.V.; Hincapié, C.M.; Ocampo, E.; Ramírez, J.E.; Mejía, M.R.; Ospina, H.F. (1999). Educar el desafío de hoy. Bogotá: Magisterio.
Sarramona, J. (2000). Teoría de la Educación. Barcelona: Ariel Educación.
Sevillano G., M.L. (2005). Didáctica en el siglo XXI. Madrid: McGrawHill.
Stenhouse, L. (1995). La investigación del currículum y el arte del profesor. Acción Pedagógica, 4(1,2).
Para referir este artículo: Becerra T., G.Y. (2024). ¿Qué se entiende por currículo en educación? En. Pedagogia.club. Disponible: https://pedagogia.club/conceptos-fundamentales/que-se-entiende-por-curriculo-en-educacion/