fecha de publicación: 17/08/2024
(El ser humano es)… “la única especie
capaz de iniciar por si misma una
gran extinción a un ritmo mucho más
acelerado de lo que la naturaleza
jamás ha conseguido (Yanes, J. 2022)
Para entender los desbarajustes medioambientales, pasados y presentes, a partir de ahora, analizaremos lo relativo a la Crisis Ecológica, la cual, dada su importancia, merece nuestra mayor atención y reflexión (Gudynas ,2022). Hay que advertir, que las crisis medioambientales no son una novedad en el planeta, de hecho, a lo largo de la extensa historia de la Tierra, se han sucedido muchos eventos catastróficos, los cuales han causado graves daños a la biosfera; hasta el momento, los científicos hablan de cinco grandes extinciones ocurridas en intervalos, que van entre casi 500 millones de años y un poco más de medio centenar de millones de años, correspondiente al período Jurásico; momento en que se extinguen los Dinosaurios y comienza la era de los mamíferos. (Yanes, 2022).
Lo característico de esos eventos catastróficos, es que fueron por causas naturales, producto del proceso geológico, de reacomodo de la tierra y/o de impactos de objetos cósmicos, como grandes asteroides, provenientes del espacio exterior. Otro aspecto, que habría que destacar, es el franco proceso de cambio, de evolución, lenta y compleja, que dio origen a nuevas y mejores especies, hasta la aparición de los Homínidos, raíz del ser humano, (Homo Sapiens),(Alcalde, 2022)
¿Qué se entiende por Crisis Ecológica?, con frecuencia, se dice que es, cuando nos enfrentamos a los desequilibrios, cambios negativos, leves o catastróficos, que se pueden dar en un ecosistema o grupo de ellos o en la sociedad misma, bien por causas naturales o no naturales (sismos, maremotos, erupciones volcánicas y otros más) relacionados con cambios climáticos drásticos, además, de las actividades del ser humano, especialmente, en procura de satisfacer sus necesidades básicas u otras inducidas por la sociedad.
Tal situación puede constituirse en un riesgo potencial para mantener el equilibrio del funcionamiento de la biosfera y/o de la sociedad.
Estos cambios o desequilibrios que pueden aparecer en el medioambiente, son de diferente magnitud, unos más graves que otros, así, los cambios producidos por la contaminación pueden sufragarse por reacción del propio ecosistema o por la intervención humana.
Otra manera de afección; es el Desequilibrio, el cual implica una drástica disminución de la capacidad de autorregulación de un ecosistema y la biosfera, lo que hace necesario la intervención humana para restablecer el debido equilibrio del sistema afectado.
Por último, existe otra afección, mucho más catastrófica y difícil de reparar: pues implica la destrucción o degradación de un ecosistema o un conjunto de ellos, con lo que, muchas veces, se torna casi imposible el restablecimiento de sus funciones. Una intervención, por parte de especialistas requiere de un gran esfuerzo, cantidad de recursos monetarios y requieren n mucho tiempo. En dicho evento, de lo que hablamos es de un desastre medioambiental por los cuantiosos daños a la Naturaleza circundante.
En este caso, el daño medioambiental es evidente ante nuestros ojos y nos demanda tomar medidas precisas y efectivas para acometer las reparaciones necesarias, cuanto antes.
La historia de la especie humana abarca, aproximadamente, unos 250.000 años, de los cuales, el 99% de ese período corresponde al Paleolítico. La relación de ese grupo humano con la Naturaleza es obtener lo mínimo necesario para la subsistencia. Sin embargo, como señala Benito Mateo (s/f ) “…este modelo de aprovisionamiento puede producir una gestión muy agresiva del territorio que puede derivar en un cambio drástico del paisaje que a veces es, incluso, irreversible”. Esto nos da pie para decir: que cualquier actividad del ser humano, por ínfima que sea, sobre los recursos bióticos y/o abióticos debe enmarcarse en una gestión que respete las leyes físicas y biológicas de la naturaleza, para preservar el equilibrio y normal funcionamiento de determinado ecosistema.
En la siguiente etapa, el Neolítico (6000 a 3000 a de C.), constituye un cambio profundo en la Edad de Piedra de la Prehistoria.
En el referido período, la relación del ser humano con la Naturaleza se vuelve más demandante, pues con la agricultura y la ganadería se complejiza la naciente sociedad, la cual se hace sedentaria, con todo lo que ello implica. Con la aparición de los primeros pueblos, se pasa de una economía depredadora a una productora, lo que posibilita la obtención de excedentes agropecuarios y piscícolas, los cuales pueden intercambiarse (inicio de un mercado incipiente) con otros grupos aledaños. Con ello, se aumenta la posibilidad de un mayor maltrato y destrucción de la Naturaleza.
A esta altura, el ser humano tiene las suficientes capacidades para alcanzar ciertos avances tecnológicos e ir probando otros materiales distintos a la piedra, como el cobre, el bronce y el hierro, principalmente. En este momento, se inicia, lo que se conoce como la Edad de los Metales (6000 años a de C. a 800 años d C.), con ella se cierra Edad de Piedra.
De aquí en adelante, la sociedad crece y desarrolla nuevos saberes: la escritura y muy variadas tecnologías, como la metalurgia. Con el dominio y manejo de estos metales, se comienza la construcción de nuevas herramientas y objetos de uso doméstico y laboral. El uso y tratamiento de esos materiales incentiva su búsqueda y explotación, lo que da origen a la minería; que como se sabe, es una de las actividades más dañinas al medioambiente.
Además, que con el descubrimiento de minerales muy preciados por algunos países considerados desarrollados, con el fin de impulsar sus economías y/o aumentar sus riquezas, no solo se infringen ingentes daños a la naturaleza, sino, también, a las países propietarias de esos recursos mediante invasiones, guerras cruentas, genocidios o desestabilizaciones (Galeano,1973; Boletín WRM 71, 2003)
De nuevo, el ser humano, con su inteligencia y capacidad creativa, ha sido capaz de crear un proceso civilizatorio, aunque nada perfecto, pues los daños a la Naturaleza y la Sociedad misma han persistido en el tiempo, y, cada vez, con más rapidez y deterioro medioambiental (Gudynas, 2022), en la medida que la Sociedad se complejiza, ella, ilusoriamente, corre tras el añorado “Progreso” (Wright, 2006)
Referencias.
Alcalde, S. (2022). El origen de la humanidad se traslada al sur de África hace 200.000 años. En
https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/origen-humanidad-se-traslada-sur-africa-hace-200000-anos_14873
Benito M.C. ¿Cuándo empezaron las sociedades humanas? En https://www.museosdetenerife.org/blog/articulo-de-divulgacion-cuando-empezaron-las-sociedades-humanas-a-cambiar-la-tierra-por-carmen-benito-mateo/
Boletín WRM 71, 2003. En Impactos ambientales y sociales de la minería
https://www.wrm.org.uy/es/articulos-del-boletin/impactos-ambientales-y-sociales-de-la-
Galeano, E. (1973) Las venas abiertas de América Latina. México: Siglo XXI
Gudynas , E. (2022). Interconectados, entrelazados y amenazados por la crisis ecológica. En https://rebelion.org/interconectados-entrelazados-y-amenazados-por-la-crisis-ecologica/
Wright, D (2006). Breve historia del progreso. Barcelona: Tendencias.
Yanes, J. (2022). Las 5 grandes extinciones de la historia de la Tierra. En https://www.bbvaopenmind.com/ciencia/biociencias/5-mayores-extinciones-historia-planeta/
Para referir este artículo: Garzón., C. (2024). La crisis ecológica. En: pedagogia.club. Disponible: https://pedagogia.club/sin-categoria/ecoeducacion/la-crisis-ecologica-i/