La Pedagogía como ciencia
Autora: Dra. Gladys Yolanda Becerra Torres.
Marzo,19 de 2024
Definir la Pedagogía como ciencia, implica por lo menos, una previa clarificación de lo que se entiende por ciencia. Generalmente se entiende que la ciencia tiene tres elementos esenciales: objeto, método y teoría. No obstante, a raíz del auge de las ciencias humanas y de las tendencias que cuestionan la objetividad, (más no la sistematicidad) han surgido formas más amplias de concebir la ciencia. Es procedente entonces advertir, que la concepción de ciencia tiene relación con el paradigma que se asuma de la misma. Entonces, para asumir una definición de ciencia, es menester hacer una revisión epistemológica. Tal tarea plantea un recorrido desde la imagen clásica, hasta la imagen relativista de la ciencia, incluyendo en esta última, los matices que van desde un relativismo radical a un relativismo moderado. Lo cierto o común en las diversas concepciones es que a través de la ciencia se genera conocimiento, producto de procesos a sistemáticos. Entonces, la ciencia es el esfuerzo del ser humano para entender el mundo en que vive de una forma metódica, sistemática. En otros términos, se puede concebir como ciencia al conjunto de conocimientos obtenidos y ordenados de manera sistemática acerca de la realidad o una parte de ella, los cuales conducen al planteamiento de principios y generalidades, que permiten la comprensión del mundo en el cual estamos inmersos.
Ahora bien, en esa curiosidad que ha movido al ser humano para conocer el mundo, ha devenido en diversas miradas al mundo, las cuales han variado de lo general a lo particular, de la interacción sistémica entre la parte y el todo y viceversa, de lo simple a lo complejo, de lo complejo a lo específico, entre otras tendencias; no obstante, ha prevalecido la existencia de campos conceptuales, de un conjunto de saberes, que llamamos disciplinas o ciencias, las cuales constituyen saber sobre aspecto puntuales de la realidad denominados objetos de estudio. Estos saberes, ciencias, disciplinas se constituyen en los referentes que han generado la especialización, la hiper-especialización y la profesionalización. En otros términos, lo que se quiere decir es que, a pesar del resurgimiento de las tendencias que abogan por la mirada integral del mundo, no se descarta la existencia de las ciencias como saberes sobre una parte de la realidad, cuyo estudio está en interconexión o relación dialéctica con una cosmovisión, de acuerdo a las condiciones históricas particulares, que las configuran, a su vez, como saberes transdisciplinares.
En esta coyuntura epistemológica se ha desarrollado la Pedagogía, actualmente considerada como una ciencia humana, pero, como tal, al revisar la literatura pueden encontrarse varias definiciones, diferenciadas esencialmente por la definición del objeto de estudio. En tal sentido se tiene:
- La Pedagogía como la ciencia que tiene por objeto la educación o la Pedagogía como ciencia de la educación.
- La Pedagogía como la ciencia que tiene por objeto de estudio la enseñanza.
- La Pedagogía como la ciencia que tiene por objeto de estudio la formación del hombre.
Como se puede apreciar, al asumir la Pedagogía como ciencia, surgen de inmediato las interrogantes ¿cuál sería su objeto? ¿Qué estudia?, pues aún los pedagogos no se han puesto de acuerdo y cualquiera de esos conceptos que se enumeran en el párrafo anterior, es posible encontrarlos en textos antiguos o actuales. Ello puede conducir a que se piense que esta ciencia no tiene un objeto delimitado. A fin de clarificar este asunto, se ha considerado conveniente analizar cada una de estas posibilidades.
Si se asumen la Pedagogía como ciencia que tiene por objeto de estudio a la educación, este resulta ser un objeto muy amplio y complejo. En primer lugar, porque la educación es un proceso histórico social en el que intervienen múltiples factores: económicos, políticos, culturales, físicos, genéticos, psíquicos y la lista pudiera alargarse hasta el infinito. Así, por ejemplo, en el hecho tan cotidiano como es la relación de dos personas en un lugar determinado, se genera transmisión de información e interacción; de ello devienen cambios en la forma de pensar y actuar de los implicados, pues se han puesto en movimiento los mecanismos que intervienen en el mismo proceso educativo.
En segundo lugar, porque la educación es un proceso que puede incluir o no la sistematicidad y, por tanto, puede ser o no escolarizada. Entran aquí en juego los niveles de formalidad educativa, planteados en la primera parte del texto. Puede considerarse una educación sistemática, al proceso que tiene una intencionalidad definida; pero ésta a su vez, puede ser formal y no formal. Lo formal, como se explica en la primera parte de este texto, tiende a asociarse a la regulación que tiene el Estado sobre la misma a través del sistema escolar organizado. La no formalidad, tiene intenciones, pero no necesariamente es regulada por el Estado a través de los a través de las instituciones gubernamentales competentes.
Como se sabe, además, existe una educación informal llamada educación refleja o espontánea, que se genera en el contacto intersubjetivo del día a día. Surge de inmediato la interrogante ¿Qué tipo de educación abordaría la Pedagogía? Si se circunscribe a la formal, sería más correcto llamarla ciencia de la educación sistemática, lo cual, parece inadecuado, pues la educación es un proceso integral y esta clasificación o categorización se hace sólo con fines didácticos para intentar dilucidar su complejidad. Abreu y otros (2021) proponen que estudie el proceso educativo sistemático, el que se dirige con intencionalidad explícita. Sin embargo, como exponen se reitera que el fenómeno educacional está situado en las raíces del ser humano y por ende está impregnado de todo tipo de hacer colectivo, lo por lo que se encuentra omnipresente en las diferentes manifestaciones culturales y, en tal sentido, se resiste a la objetivación del conocimiento científico, pues se presenta como una totalidad inobservable. Como experiencia colectiva, se hace difícil Hay quienes consideran que convertir una parte del fenómeno educativo en objeto científico es simplificarlo y sentirlo como deshecho o destruido.
Si se asume la enseñanza como objeto de estudio pedagógico por excelencia, se cae en el campo exclusivo de la Didáctica, definida como el campo, saber o ciencia cuyo objeto de estudio es la enseñanza. Entonces ¿Pedagogía y Didáctica tendrían el mismo objeto de estudio? ¿serían sinónimos? ¿cuáles serían las diferencias entre estos dos campos? Surge un obstáculo epistemológico para la definición del campo conceptual de la Pedagogía. En este sentido, la pedagogía es concebida como la disciplina que tiene por objeto de estudio la enseñanza. Entonces surge la pregunta: ¿De qué se encargaría la Didáctica?
La Pedagogía como la ciencia que tiene por objeto de estudio la formación del hombre, es otra posibilidad que está planteada. En este sentido, la formación, tal como lo plantea Flórez (1994) es considerada como eje unificador del discurso pedagógico y puede asumirse como un proceso interno mediante el cual los individuos desarrollan la personalidad en todas sus dimensiones, en una relación intersubjetiva con sus semejantes, adquiriendo niveles superiores de pensamiento, mediante los cuales, pueden apropiarse de las herramientas que en el futuro les permitirán asumir su vida en forma consciente y libre, a la vez, que valoran este mismo derecho de desarrollo en sus semejantes.
Desde esta visión se puede definir la Pedagogía como un saber sistemático y transdisciplinar, en constante reconstrucción, sobre el proceso de la formación humana y, por ende, lo atinente con la enseñanza, el aprendizaje, el currículo y la organización escolar. Estos procesos se constituyen el campo conceptual a partir del cual se generan los conocimientos que requieren los docentes para desempeñarse de manera efectiva en su campo profesional.
Referencias Bibliográficas
Abreu V., O; Pla L., R.; Naranjo T., M.; Rhea G., S (2021). La pedagogía como ciencia: su objeto de estudio, categorías, leyes y principios; Información tecnológica. 32(3). https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-07642021000300131#aff1 Consulta: 5/01/2023.
Flórez O., R. (1994). Hacia una Pedagogía del Conocimiento. Bogotá: MacGrawHill.